‟Por la parte del mar, la ciudad de Tánger presenta un aspecto bastante regular. Su situación en anfiteatro, las casas blanqueadas, las murallas que rodean la urbe, la alcazaba edificada sobre una eminencia y la bahía bastante amplia y rodeada de colinas forman un conjunto muy bello”.

‟Las murallas que rodean la ciudad se encuentran en un estado completamente ruinoso, con torreones redondos y cuadrados”.

El cementerio de Tánger dibujado por Alí Bey

‟A la derecha de la Puerta del Mar hay dos baterías, una baja de quince piezas y otra más elevada de once”.

‟Detrás de aquel grupo viene una banda de dos gaitas que suenan al unísono sin ser por ello menos discordantes y de dos o más tambores roncos”.

‟Subí a la alcazaba marchando a la cabeza de mis hombres y criados que conducían el presente. El caíd me aguardaba a la puerta, donde me recibió con muchos miramientos”.

‟Enseguida entramos en una pequeña mezquita que hay a un lado para hacer la oración de la tarde, a la que también asistió el sultán”.

‟El sultán espoleó su mula y se dirigió a una batería distante de allí doscientos pasos”.

‟A la una y media llegué a la orilla derecha del río Sebou. Lo atravesamos en una barca para ir a acampar a la margen izquierda”.

‟Subiendo una eminencia, me encontré sobre Meknès, ciudad que dominábamos perfectamente, distante sobre un cuarto de hora por el aire”.

‟Habiendo bajado, cruzamos el río de Meknès y, atravesando una pequeña loma, entramos en una capilla cercana a la puerta de la ciudad”.

‟La ciudad de Fez se halla situada sobre el declive de diferentes colinas que la rodean por todas partes, excepto por el norte y el noroeste”.

‟Las calles son muy oscuras porque no solamente son estrechas, en términos de no poder marchar de frente dos hombres a caballo, sino también porque las casas, que son altísimas, tienen en el primer piso un vuelo que quita mucha luz”.

‟La principal mezquita se llama Al Carubín. En ella se cuentan más de trescientos pilares, pero su construcción es grosera y mezquina”.

‟Sus puertas son muchas y en el patio hay dos hermosas fuentes. El alminar es pequeño y sin apariencia”.

‟La parte cubierta de Moulay Idriss es un gran salón cuadrado sin arcos ni pilares. Su techo es altísimo, de madera y adornado con arabescos. Forma una pirámide que solamente estriba en las cuatro paredes del salón”.

‟El alminar de Moulay Idriss es el más alto y hermoso que hay en Fez”.

‟El jardín del sultán está junto al palacio y no es más que un simple huerto con algunos árboles y varios edificios de puro ornato. Llaman a este jardín Buchelú”.

‟Son tantas las tiendas que presentan la apariencia de una población de tres o cuatrocientos mil habitantes”.

‟En ambos Borj se ponen cañones con cien hombres de guardia cada vez que el pueblo se amotina contra el sultán”.

‟Monté el campamento junto a unas capillas donde se hallan los sepulcros de unos santos (...). Muy de mañana comenzó a acudir gente al mercado, que se llama Sidi Kacem, del nombre de la principal capilla”.

‟A la una atravesé sucesivamente un bosque de grandes lentiscos, otro de encinas y un tercero de almendros silvestres en flor”.

‟El paso del río nos detuvo hora y media, pues se requería tiempo para descargar y volver a cargar las mulas”.

‟Como la ciudad está edificada sobre una altura, las calles tienen subidas y bajadas, lo que las hace sumamente incómoda”.

‟Schella está rodeada de altísimas murallas y el acceso está prohibido a los cristianos. Contiene los sepulcros de algunos santos”.

‟Junto a mi campamento se veían dos grandes rocas muy notables, formadas de capas oblicuas desiguales”.

‟Mansuria y Fidala consisten ambas en cuadrados formados por murallas altas con torres”.

‟En el interior de cada cuadrado hay una mezquita y algunas casas bastante pobladas en relación al espacio”.

‟Dar Beida es una pequeña población encerrada dentro de un gran circuito de murallas. Es paupérrima y su puerto diminuto”.

‟Nos costó cinco horas pasar el río con todos los equipajes. En la margen izquierda se levanta la ciudad de Azamor, junto a la cual mandé acampar”.

‟La gran mezquita me pareció hermosa. La ciudad no es fea y la defienden murallas y fosos. Todos los viernes hay mercado en una plaza destinada al efecto”.

‟A las diez me hallaba ya en el llano de Marrakech y a las doce menos cuarto encontré un puente largísimo, que nos permitió cruzar el río Tensif”.

‟Hay nueve puertas para entrar en Marrakech. Los muros que la rodean son espesos, altos y guarnecidos de torres por fuera”.

‟La mezquita Koutoubia se halla aislada en medio de un gran espacio descubierto. Su arquitectura es elegante y su alminar, altísimo, presenta cierta analogía con el de Salé”.

‟La mezquita Benius tiene 652 años; es muy capaz, pero ofrece una extraña mezcla de arquitectura antigua y moderna porque la mayor parte ha sido reedificada”.

‟La mezquita El Moazine, construida hace trescientos años, està cerca de mi casa y es verdaderamente magnifica”.

‟Junto al santuario de Sidi Bel Abes hay un patio con arcadas y piezas destinadas a alojar a los pobres estropeados, inválidos o viejos. Mil ochocientos desdichados de ambos sexos son alimentados allí con el producto de las limosnas o fondos de la mezquita”.

‟Hay algunas casas hechas de piedra, pero generalmente lo son de mortero de tierra, arena y cal, apisonado entre dos tablas aplicadas a las dos caras de la pared; a esto llaman tabbi”.

‟El barrio de los judíos tiene su cerca particular entre el palacio y la ciudad. Está arruinado como los otros y sólo cuenta con un mercado bien surtido”.

‟El árbol más común en los alrededores de Marrakech es la palmera. Se eleva a prodigios a altura, pero sus dátiles no son tan buenos como los de Tafilete ni pueden conservarse secos todo el año”.

‟La ciudad de Suera, que en los mapas figura con el nombre de Mogador, fue fundada por el sultán Sidi Mohamed, padre del sultán actual. Su forma es regular. Sus edificios, bastante elevados, presentan buen aspecto para una ciudad africana”.

‟El gran mercado es hermoso y está rodeado de arcos”.

‟Cercan la ciudad murallas y, por la parte de tierra, la defienden algunas piezas de cañón contra las correrías de los árabes”.

‟Se ha establecido una batería por la parte del mar, que la bate de frente; pero es lástima que las troneras están dispuestas de modo que los cañones tienen poco juego y el servicio se hace con mucha dificultad”.

‟Hay además en la embocadura del puerto una batería mucho más elevada que la otra”.

‟Hay en Suera vicecónsules y comerciantes de diferentes naciones de Europa, que forman una especie de colonia, acrecentada también por los comerciantes judíos del país”.

‟Estuvimos en un palacio construido por el sultán Sidi Mohamed en el llano de arena”.

‟A las dos de la tarde acampamos en la orilla del Yenaul, río poco considerable que corre hacia el oeste”.

‟La ciudad está rodeada de murallas antiguas y el alminar de la mezquita se yergue por encima como un obelisco. El peñasco es escarpado en algunos parajes y en otros se halla cubierto de hermosos vergeles”.

‟Hice montar el campamento en el interior de una alcazaba o castillo llamado Temesuin”.

‟El río Moulouya es profundo, pero el paraje por donde nosotros lo atravesamos es bastante ancho y se encuentra un buen vado”.

‟Después de atravesar el río Muluya descubrí las ruinas de una gran alcazaba”.

‟El río Enza, poco considerable, se ve reducido además por los múltiples canales de riego”.

‟Pasé luego al lado de una enorme alcazaba arruinada, junto a la cual había muchos aduares, y, después de atravesar el río Enza, acampamos en sus orillas”.

‟El terreno presenta a primera vista una continuación de la misma superficie arcillosa que había observado la víspera”.

‟A las tres y media se montaron las tiendas al lado de una alcazaba y de un aduar llamado Ayoun Maylouk”.

‟Las casas de Oujda están tan sucias y llenas de insectos que yo preferí permanecer acampado bajo la tienda en la alcazaba, que es bastante grande y se halla situada al lado del pueblo; pasé una parte del tiempo en un hermoso jardín contiguo”.

‟Un manantial bastante copioso que fluye a tres kilómetros de Oujda proporciona un agua excelente y riega los huertos o vergeles que rodean la población”.

‟Después de cabalgar muy rápido toda la noche y de escalar montañas, llegué a las seis de la mañana a las ruinas de una gran alcazaba”.

‟A las siete de la tarde hicimos alto junto a un aduar y un riachuelo, tras una marcha forzada de veintidós horas consecutivas”.

‟Al otro lado del río se veía una casa donde vivía el Shek Chaoui, jefe de la provincia”.

‟Después de cruzar el río Taza y dar algunos rodeos entre las montanas, atravesamos otros ríos”.

‟A corta distancia de mi campamento había ricas salinas; de allí se descubría una serie de seis o siete montes aislados como panes de azúcar, cuyo color rojo me hizo conjeturar que serían enteramente metálicos”.

‟Después de atravesar el río Werga, bastante caudaloso y que corre hacia el oeste, seguimos su orilla derecha en la misma dirección”.

‟En medio de los llanos descuella una gran montaña roja, totalmente aislada”.

‟Larache es una ciudad pequeña situada en la cuesta septentrional de una colina escarpada, desde donde se extienden las casas hasta la orilla del río, cuya embocadura es un surgidero para los buques grandes”.

‟Hay un espacioso mercado rodeado de arcos, sostenidos por columnitas de piedra. Es el más hermoso que he visto en aquel país. Es obra de los cristianos, igual que las fortificaciones”.

‟En un extremo de la ciudad y junto a la desembocadura del río hay un castillo que me dijeron haber sido construido por Moulay Yazid”.

‟El castillo que hay al sur de la ciudad es un pequeño cuadrado de bastiones con orejones, rodeado de fosos”.

‟A sesenta toesas del castillo cuadrado hay una capilla o santuario de una santa mujer, patrona de la ciudad, llamada Lala Menana”.

‟Habiendo reconocido el cabo Bon y doblándolo antes del mediodía, el capitán tomó la dirección sur sureste”.

‟Sobre un islote hay una torre octógona, compuesta de tres cuerpos uno sobre otro. Allí vive el capitán del puerto y se ha construido un muelle para pasar a tierra firme”.

‟Nicosia tiene tres puertas que llaman de Pafos, de Chirigna y de Famagusta”.

‟La antigua catedral de Aïa Sofía, magnífico edificio gótico, se halla convertida en gran mezquita de los turcos, quienes le han añadido dos torres o alminares, bien hechos pero incoherentes con la construcción primitiva”.

‟El puerto es reducido y está casi cegado de arena, en términos que sólo pueden fondear barcos pequeños. Sobre una cresta de roca al suroeste hay un fuerte edificado por los turcos”.

‟Sobre dicha colina, los fragmentos de muchas columnas acreditan la antigua existencia de un magnifico monumento; son de mármol gris negruzco y perfectamente pulido”.

‟La ciudad magnífica, obra del gran Alejandro, opulenta capital de los Tolomeos, deliciosa residencia de Cleopatra, no es sino sombra de su pasada grandeza”.

‟En el extremo oriental de la isla, donde antiguamente estuvo el faro, hay una fortaleza de construcción árabe que presenta bastante buen aspecto”.

Las catacumbas mencionadas por Alí Bey

‟Resulta extremadamente penoso penetrar en las Catacumbas Reales de Alejandría, debiendo uno arrastrarse por el suelo”.

‟¡Qué admirable cuadro! Un río majestuoso, cuyas aguas corren despacio entre las orillas cubiertas de palmeras, de árboles de toda especie, de grandes arrozales...”.

‟La ciudad de Rosetta, que sus habitantes llaman Rashid, está situada en la margen izquierda del Nilo, al borde del agua. Es poco ancha pero muy larga”.

‟El aspecto de aquel lugar es en extremo singular. Figúrense ustedes un grupo de ciento cincuenta cúpulas parabólicas (...) y un gran alminar que descuella en el centro. Dichas cúpulas sirven de palomares y, como son mayores que las miserables casuchas que les sirven de base, podría decirse que es un pueblo de palomas donde viven algunos individuos de la especie humana”.

‟Seis horas más tarde fondeamos felizmente en Bulak, que es el puerto de El Cairo”.

‟Encierra El Cairo numerosas mezquitas, la mayor parte de las cuales no merece la pena visitar”.

‟Lejos de ofrecer las calles de El Cairo aspecto triste, el gran número de tiendas y talleres, unido al inmenso gentío que circula, hace variar la escena a cada instante, y yo las encuentro tan alegres y divertidas como las de cualquier gran ciudad europea”.

‟La mezquita Al Azahar es fantástica por la gran extensión del edificio, pero no por la magnificencia de la construcción o por el lujo de los ornatos”.

‟Pero aquélla donde la devoción atrae a más gente se llama El Hazanein. En ella se veneran las reliquias de un nieto del Profeta”.

‟La mezquita del Sultán Hassan, junto a la ciudadela, es notable por la osadía de su construcción, su altura y una bella nave a semejanza de algunas iglesias de Europa”.

‟Aunque las pirámides de Giza estaban a la sazón rodeadas por los árabes rebeldes [los mamelucos] y hubiese cierto peligro en acercarse a ellas, quise, no obstante, aventurarme a ver aquellos colosos elevados por la mano del hombre”.

‟En una especie de patio hondo que comunica con las aguas del río se halla el famoso Mikias, columna establecida para mediar diariamente la altura de las aguas del Nilo en la época de la inundación”.

‟Hay en dicho monasterio una capilla dedicada a San Jorge, a quien tienen suma veneración en el país”.

‟Desde allí se descubren las pirámides de Sakkara, que parecen rivalizar en altura con las de Giza. Una de ellas está construida a base de grandes escalones”.

‟El verdadero puerto de Suez se halla media legua distante hacia el sur en la costa de África y es accesible a las grandes fragatas”.

‟Jedda es linda población, con calles regulares y casas agradables, de dos y tres pisos, todas de piedra, aunque con poca solidez; tienen gran numero de ventanas grandes y los techos de forma plana”.

‟Rodea la ciudad una hermosa muralla con torres irregulares”.

‟El terreno ofrece en verdad algunas plantas, pero sin flor ni fruto, y no es sino un valle de arena en dirección de levante a poniente, cercado por montañas de pórfido rojo más o menos intenso”.

‟La ciudad, que sigue las sinuosidades del valle, tiene una forma enteramente irregular y contribuyen aún a la irregularidad las casas construidas en las laderas de las montañas colaterales”.

‟A las nueve de la mañana la flota estaba frente al cabo Ras Abu Mohamed, que separa el Bahar El Akaba del Bahar As Suez o brazo de mar que va a Suez”.

Bab al Futuh dibujada por Alí Bey

‟Desde el Monte de los Olivos, situado al este de Jerusalén, se contempla la ciudad casi a vista de pájaro, de manera que se podrían contar las viviendas”.

‟Me dieron por alojamiento la mezquita de un santo llamado Sidi Abdelkader, situada junto al Haram o templo musulmán”.

‟El cuerpo principal de la mezquita Al Aksa se halla precedido por un pórtico de siete arcos de frente por uno de profundidad, sostenidos por pilares cuadrados. El arco central, que corresponde al eje del edificio, cuenta igualmente con columnas adosadas a los pilares”.

‟En el centro del edificio se levanta una fantástica cúpula esférica, con dos filas de grandes ventanas que dan al exterior y sostenida por cuatro gruesos pilares y doce columnas magníficas colocadas en círculo”.

‟Casi en el fondo del torrente de Cedrón, hay que descender a una cueva por una larga escalera, en mitad de la cual se encuentran, a mano derecha, las tumbas de Joaquín y de Ana y en otra cavidad, a mano izquierda, la de José, esposo de María”.

‟La mezquita de Al Jezzar está revestida con mármoles y arabescos. Las columnas están hechas también de los más raros y preciosos mármoles, pero no hay en ella nada grandioso, nada que responda a la majestuosidad de un templo que no está consagrado ni a Venus ni a Pomona ni a Flora. En el jardín del patio, jóvenes gacelas juguetean y saltan de un lado a otro en plena libertad”.

‟En medio de la iglesia, cuya forma es pintoresca y linda, una amplia y suntuosa escalera de mármol desciende a la caverna donde tuvo lugar el gran misterio de la encarnación”.

El monte Precipicio según Alí Bey

‟Junto al caravasar de Nebi Yusuf se ven las ruinas de una antigua cisterna, donde cuenta la tradición que los hijos de Jacob ocultaron a su hermano José antes de venderlo a los mercaderes que le llevarían a Egipto”.

‟A las nueve y cuarto me detuve a desayunar en un caravasar medio en ruinas llamado Quneitra, donde se halla un agua excelente”.

‟Nada son los Campos Flegreos y cuanto puede dar idea de la destrucción ígnea comparados con el terreno que atravesé aquella mañana. Desde el puente de Jacob hasta Sasa, el suelo no está compuesto más que por lavas, basaltos y otros productos volcánicos; todo es negro, poroso o cariado y uno cree estar viajando por una región infernal”.

‟Una infinidad de cúpulas cubren casi todas las estancias de las viviendas de los arrabales exteriores de Damasco”.

‟Estoy persuadido de que la población de Damasco, incluidos los arrabales y huertos, ascenderá a doscientos mil habitantes”.

‟La venta de comestibles y mercancías se lleva a cabo en las tiendas de ambos lados de las calles. Dichos mercados se llaman bazar o suk y están muy bien abastecidos. ¡Qué diferentes de la pobreza y pequeñez de las tiendas de El Cairo, Fez y otras ciudades, donde parece que el mercader expone a disgusto los objetos de los que quiere deshacerse!”

‟En el interior de la mezquita hay un gran patio rodeado de galerías y arcos, que descansan sobre columnas y pilares cuadrados. En medio se ve una fuente con una glorieta a cada lado”.

‟El cuerpo principal de la mezquita contiene tres inmensas naves en dirección este-oeste, hechas de arcos ligeramente puntiagudos, apoyados sobre grandes columnas y pilares”.

‟A la derecha de la nave central hay una caseta de madera con celosías, molduras y adornos dorados y pinturas arabescas; contiene el sepulcro del profeta Juan, hijo de Zacarías”.

‟A la entrada de la mezquita se advierte una magnifica cisterna con una fuente, cuyo surtidor se eleva a más de veinte pies [5,6 metros]. Alrededor de ésta se sitúa un café, continuamente lleno de gente ociosa”.

‟Hay en Damasco más de quinientas casas magnificas, que podrían llamarse palacios”.

‟Damasco está rodeada de murallas con torreones y algunos fosos; pero dichas obras se hallan medio arruinadas y sin posibilidades de sostener un ataque en regla”.

‟Después de ascender varias cuestas en diferentes direcciones, llegué un poco antes de medianoche al caravasar de Khan Arus, que se halla en ruinas”.

‟De esta zona elevada, bordeada al oeste por la cadena de altas cumbres del Antilíbano, se descubre un vasto horizonte. Todo el territorio es desértico, pero comenzábamos a distinguir una tierra roja pastosa de una calidad diferente a la que había visto los días anteriores y cubierta de plantitas secas en aquella época del año”.

‟Las casas de Homs, aunque hechas de piedra, ofrecen un aspecto lúgubre por su color negro, al ser todo basalto”.

‟A la puesta de sol descendí hasta la orilla del río Orontes, donde había acampado la caravana. Fui a visitar un caravasar de buena calidad, un molino y un puente formado por ocho o diez arcos”.

‟No faltan en Hama cafés hermosos y frecuentados y muchas mezquitas con altos alminares, pero cuantas visité son pequeñas”.

‟El objeto de los diques es dirigir el agua para mover una infinidad de ruedas hidráulicas. Sirven éstas para hacer subir el agua del río”.

‟La gran mezquita de Alepo, sin ser magnífica, es hermosa”.

‟Los bazares están cubiertos de bóvedas con lumbreras, aunque los de Damasco son más ricos y se hallan mejor abastecidos”.

‟Estas montañas, de roca árida, tienen el mismo aspecto exacto que las de Jerusalén”.

‟La moderna Antioquia no ocupa sino una pequeña parte del espacio sobre el cual estaba situada la antigua ciudad”.

‟Tuve que trepar por varias colinas, tras lo cual me interné en la cordillera del Monte Tauro (...). Cubren esta parte de la cordillera frondosos bosques, cuyos árboles más comunes son encinas, cedros, cipreses y lentiscos”.

‟Conya encierra vastos cementerios, donde cada sepulcro está marcado por una piedra tosca de siete a ocho pies de alta y poco más de uno de ancha, con cuatro dedos de espesor y colocada verticalmente”.

‟Vi asimismo desde fuera tres mezquitas de apariencia magnifica, con grandes cúpulas y alminares altos y delgados”.

‟Kutahia se halla situada en la pendiente de una colina. Las casas, hechas en parte de cantería y en parte de madera, se ven enteramente pintadas. Todas tienen grandes ventanas, quioscos o miradores. La montaña que domina la ciudad está coronada por un antiguo castillo”.

‟Son tantos los curiosos que han visitado Constantinopla, que no pienso detenerme en dar una completa descripción de la ciudad y sus monumentos”.